La realidad no existe

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Esta es quizás una de mis frases favoritas cuando alguien se empeña en hacernos ver que tiene la razón absoluta sobre si una idea, diseño, o concepto es mejor en el color, el tamaño o la palabra qué él tenía en la cabeza y no la tuya. Y es que el mundo que percibimos tiene tantos matices como manos, ojos y oídos que lo perciben.

Una curiosidad de lo más enmarcable es que nuestro cerebro humano es capaz de procesar ¡¡más de cuatrocientos mil millones de bits de información por segundo!! Wow, imagínate lo locos que nos volveríamos si prestásemos atención plena a toda esa información al mismo tiempo. Y es que, mientras estamos en una reunión, todos nuestros sentidos están haciendo de las suyas al mismo tiempo, para que cada uno en la sala se vaya con su versión favorita de ese instante.

Es decir, al tiempo que escuchamos una propuesta, vemos volar una mosca en el fondo; sentimos el regustillo de la última comida en el paladar; nos preguntamos qué nos ha querido decir la persona cuando nos apuntaba con el boli; recordamos que nuestro hermano una vez también nos apuntó con el boli y casi nos saca un ojo; notamos cómo el último trago de agua está llegando a la vejiga… y todo eso, sin parar de creer que estamos prestando toda nuestra atención.

Además, por si fuera poco, tenemos a nuestro amigo “El inconsciente” que se encarga de eliminar, distorsionar y generalizar toda esa información para sacar una traducción reducida de todo lo que acaba de ocurrir en esa sala. Pero claro, si encuestamos a todos los participantes de esa experiencia saldrán tantas versiones como individuos hubiera allí metidos. Y esto pasa cada día, en cada contexto, a cada segundo… En todos los lugares, ¡con todas las personas del mundo!

Todos somos víctimas de los filtros de nuestra mente; por no hablar de la cultura y educación que nos han ido moldeando… Filtramos al recibir la información y volvemos a filtrar al transmitirla. Y en el camino de en medio, la DISTORSIÓN se hace la reina del lugar creando una realidad alternativa para cada usuario. Así que, ¿Puede alguien garantizar que el rojo que estamos percibiendo es realmente el rojo que percibe nuestro compañero? ¿O que un caballo blanco es un símbolo de pureza y fortaleza, en lugar de representar palidez y carga?

Por eso, en una agencia de publicidad se le da tanta importancia a LA BUENA COMUNICACIÓN y al BUEN FEEDBACK (concreto, medible, útil, constructivo, sin opiniones personales). Ya que los “Me Gusta” son para las redes sociales.

Aún así, cuando a pesar de todo, con una idea consigues poner de acuerdo a mucha gente, yo no puedo evitar preguntarme:

¿Con qué parte del anuncio habrá conectado cada uno?

 

Nadia Sous, creativa y coach 

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